martes, 22 de febrero de 2011

Cimborrios del Duero

El Grupo de cimborrios del Duero lo constituyen la Catedral de Zamora, la Catedral Vieja de Salamanca, la Colegiata de Toro y la Catedral Vieja de Plasencia.
Se caracterizan por poseer cimborrios de influencia francesa y lombarda, adornados con decoración de escamas y de bolas y por haberse construido durante el periodo de transición del Románico al Gótico en los límites geográficos del Reino de León.
A veces reciben también el nombre cimborrios bizantino-leoneses según el nombre ideado por el historiador, Manuel Gómez-Moreno, que observaba similitudes con la decoración de iglesias cristianas de la actual Turquía durante el periodo del Imperio bizantino.
Es cierto que la influencia bizantina es palpable en las catedrales francesas del Perigord y que ésta llegó a través de la presencia de los bizantinos en la Lombardía durante la alta Edad Media. No obstante, hoy en día, dicha filiación se considera rebuscada y se tiende a usar otra de la etiquetas por las que se conoce a éstas iglesias.

Catedral de Zamora

La catedral de Zamora se edificó en la década central del siglo XII, iniciándose en 1151 y consagrándose en 1174. El templo original fue un magnífico edificio de tres naves rematadas en tres ábsides hoy desaparecidos. Sucesivas modificaciones ocurridas a lo largo del tiempo han desvirtuado su aspecto.
El elemento emblemático del templo, felizmente conservado, es su cimborrio. Levantado por medio de pechinas sobre el cruce de la nave central y la nave transepto, aúna su función de linterna con una estética desconocida hasta ese momento en estas tierras. Influencias borgoñonas y bizantinas en los arquitectos que la erigieron, desembocaron en esta bella obra, modelo para otras del entorno, como la colegiata de Toro, la catedral vieja de Salamanca y la catedral de Plasencia. Cuatro torres angulares apuntalan su estructura, al igual que lo hacen otros tantos frontones rematados en elevados triángulos entre cada una de ellas. Columnas, arquillos ciegos, capiteles y escamas en su cubrición, forman un todo especial e inolvidable.

 

Catedral Vieja de Salamanca

Construida a lo largo de los siglos XII y XIII con el nombre de Santa María de la Sede; por su solidez tiene aspecto de fortaleza más que de templo, y por esa semejanza se la llamó Fortis Salmantina. La construcción original poseía dos torres, la Torre de las campanas y la Torre Mocha. En ella había aposentos que en ocasiones sirvieron de asilo a rebeldes y desleales al rey.
Tiene una planta de tres naves con cinco tramos, crucero y triple cabecera absidada. Uno de las ábsides fue destruido parcialmente cuando se construyó la Catedral Nueva que se hizo al lado de la Vieja.
Destaca la cúpula bizantina escamada con planta circular y dos cuerpos de ventanas a la que se conoce como la Torre del Gallo por la veleta de hierro que la corona. Dispuesta sobre las pechinas del tramo central del crucero, dicha torre alza su tambor perforado mediante doble orden de vanos rasgados pometeados y se cubre con casquete nervado y gallonado.

 

Colegiata de Toro

La construcción de la Colegiata se inició durante el último tercio del siglo XII bajo el reinado de Alfonso VII de León y está consagrada a Santa María la Mayor.
El cimborrio de la colegiata de Toro pudo ser una solución improvisada de última hora, pues la estructura portante no estaba inicialmente diseñada para este tipo de cubrición.
Los cuatro arcos torales del crucero soportan una elevada linterna de planta hexadecagonal formada por doble orden de ventanales; en cada uno de ambos niveles se disponen dieciséis huecos bajo arcos de medio punto. Por necesidades estructurales y de estabilidad, más que compositivas, se adosaron a la linterna cuatro torrecillas que se corresponden en proyección horizontal con los cuatro pilares del crucero y que actúan a modo de cotrafuertes de la atrevida fábrica. Estilísticamente sigue el modelo de cimborrio de la catedral de Zamora, primero de su género, y del de la catedral vieja de Salamanca después. Como este último, el cimborrio de Toro posee doble orden de ventanales.

 

Catedral Vieja de Plasencia

La catedral vieja de Plasencia se inició a finales del siglo XII o comienzos del XIII y se concluyó un siglo más tarde, en el XIV. Su estilo es de transición entre el románico y el gótico, con algunos aspectos de carácter oriental (bizantino) y fue obra fundamentalmente de dos maestros, Juan Francés y Diego Díaz.
Una de las sorpresas más agradables de la catedral de Plasencia es la antigua sala capitular, hoy convertida en la capilla de San Pablo, cuya torre gallonada, conocida como Torre del Melón tiene abovedamiento de estilo cúpula bizantina. Se trata de una cúpula nervada y gallonada sobre trompas que, al exterior, adopta una forma cónica que se cubre con escamas.
Fuente: Wikipedia

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